Naranja Guantánamo

Hace ya un par de meses que en el área quirúrgica de mi hospital cambiaron los uniformes verdes por este tono naranja butano. El motivo oficial es una renovación de la lencería del hospital; el real, que la gente ya pasaba de llevar su uniforme blanco y se ponía los verdes en todo el centro. Doy fe de que he visto compañeras con el traje verde en el autobús de camino al trabajo.

Lo gracioso es que es una práctica que usa todo el mundo en el hospital... excepto en mi unidad. Nosotros sabemos lo importante que es la asepsia y no sacamos ni la nariz por la puerta sin al menos habernos puesto una bata blanca. Pero la dirección del hospital se pensaba que éramos nosotros los que corríamos por el hospital de verde (claaaaro, y nos poníamos a hacer camas en la tercera, ya que estamos) y durante un tiempo incluso puso a un compañero de Lencería apuntando los nombres de todos los que cogíamos un traje verde. Al pobre chico se le caía la cara de vergüenza. Como han visto que era ponerle puertas al campo, ahora han optado por el cambio de colores.

Todo esto os lo cuento porque ayer fui al hospital a rellenar unos papeles y lo primero que me encontré fue a unos compañeros de trauma fumando en una de las puertas laterales del hospital (Eso ya da para otro post). ¿Adivináis? Los tres llevaban un estupendo y nuevecito traje naranja.

Me pregunto por qué no hacen como en otros hospitales, donde la ropa sale de una especie de expendedoras; pasas tu tarjeta de trabajador y te dan un uniforme de acuerdo a tu puesto. Total, ya han puesto este sistema en la máquina de café, ¿Por qué no en algo más importante?

¿Una buena noticia?


El titular

Esto es lo que tú, imaginario lector, vas a leer en el periódico de hoy. Y pensarás: Anda, qué bien, por fin se han puesto las pilas y han empezado a operar y a pasar consulta.

Es lo que pensaría cualquiera, lo sé. Pero no sabes lo equivocado que estás.

Veréis, los servicios públicos de salud ya llevan mucho tiempo yendo a destajo. Todos, todos los días. Pero lo hacían en su horario laboral, es decir, de ocho a tres y con alguna tarde suelta. No porque fuésemos vagos, es que no nos pagaban más horas. Y claro, lo sentimos mucho por la lista de espera, pero si un fontanero, un taxista o un maestro no trabajan gratis, ¿Por qué iba a hacerlo un sanitario?

El problema es que la población ha aumentado mucho más que el gasto en sanidad. Y nos hemos encontrado que el mismo personal está atendiendo, a veces, al doble de gente que el que deberían atender y para la que el servicio fue creado. Y como más población implica más enfermos, pues la lista de espera se fue el carajo.

Con los recortes la lista se disparó, porque aún éramos menos gente atendiendo a más pacientes. Pero ahora que lo peor ha pasado, nuestros insignes gobernantes han empezado a rascarse el bolsillo.

No os emocionéis; no han contratado más personal. Lo que han hecho es pagar más al que ya había para que trabaje también por las tardes. Es lo que llamamos una peonada: Un turno extra de quirófano o de consulta remunerado. Mejor remunerado que el turno de mañana, de hecho; si no, nadie querría meterse turnos de entre 10 y 14 horas entre pecho y espalda. Se ha intentado hacer varias veces; hasta ahora se habían conseguido pagar estos sobresueldos durante unos meses, pero esta vez llevan manteniéndolos más de un año. No sé si quiero saber de dónde están sacando el dinero.

Lo que estás leyendo, imaginario lector, es que unos profesionales ya saturados han sido sobornados para trabajar todavía más, atender cuantas más horas, más rápido y a más gente mejor, hasta que se vayan a casa molidos y en muchos casos sin haber visto la luz del sol en todo el día. ¿Que lo hacen bien? Genial. ¿Que con tanta tralla, se comete un error? Ah, es culpa del médico, enfermero, auxiliar... porque es un mal profesional. Empapelémoslo y dejemos que el resto siga trabajando, que hay mucha gente esperando.

¿Aún sigues pensando que es una buena noticia?

Por qué tengo en silencio el Whatsapp, parte 2


Como comenté un par de posts más abajo, acabo de tener un bebé, y aún estoy de baja maternal. En un mes se me termina, y pienso reincorporarme a media jornada, porque mi marido trabaja por las tardes y no tenemos más familia que pueda encargarse.

Como mis jefes ya han sacado los turnos de ese momento (los cuelgan con tres meses de antelación) ya han empezado a pedirme cambios; os transcribo uno de ellos (No os cuelgo capturas porque estoy escribiendo esto desde un tablet y no tengo Whatsapp aquí. Además, prefiero que no se vean nombres)

*Compañera: Hoooolis Mónica! Soy Fulanita de tal, tu nueva compañera de la urpa ^_^ ^_^
*Yo: Ah, hola, encantada
*Compañera: Mira, es que quería saber si podías pasar a tarde el uno de noviembre
*Yo: Lo siento, no puedo hacer tardes, por el peque
*Compañera: Y no podrías hacer una excepción? por mí? Porfis?
(Inciso: Odio la palabra "Porfis". y "Holis". Y todos los "Is")
*Yo: De verdad, me sabe mal, pero mi marido trabaja por la tarde y no tengo donde dejarlo...
*Compañera: Pero tu marido trabaja el día uno de tarde?
(Sí. Como tú. No somos tan raros, ¿sabes?)
*Yo: Sí
*Compañera: Y no puede llevarse al crío al trabajo?
(Aquí yo ya me estaba empezando a cabrear)
*Yo: No, no puede.
*Compañera: Es que nadie más me puede hacer el día
*Yo: Mira, a lo mejor la persona que haga mi media jornada puede cambiártelo por otro día
*Compañera: Es que yo no quiero hacer otro día, quiero pasar a mañana
(Aquí ya estaba cabreada del todo)
*Yo: Pues no puedo, lo siento
*Compañera: Y seguro que no puedes hacer una sola tarde? Pues joder con tu hijo

Aquí fue donde apreté el botón de "Silenciar chat durante un año". Luego bloqueé el número. 

O todos moros o todos cristianos



Los imaginarios lectores de Baleares saben que aquí sólo puede haber dos tipos de gobierno; cuando gana el PP con mayoría absoluta, se dedica a robar hasta en los parquímetros; cuando no consigue la mayoría absoluta, gobierna un conglomerado de izquierdas que tiene tres objetivos en la vida: Poner impuestos al turismo, obligar a todo funcionario viviente a tener un título de catalán y matarse entre ellos. Ah, y a robar también; tenemos el dudoso honor de ser la primera comunidad autónoma en registrar casos de corrupción en Podemos. 
¿Por qué os cuento este rollo? Porque ahora, como el invierno en cierta serie, se acerca la OPE del IB-Salut. Y claro, ha pasado lo que ha pasado las dos veces anteriores: Se han dado cuenta de que, como pidan como requisito sine qua non un certificado de conocimientos de catalán, se quedan sin médicos. Sin ir más lejos, me veo que la consulta de preanestesia de mi hospital la va a pasar el gato. Y a la que llegue el verano, también se quedarían sin enfermeras para las vacaciones. Repito, esto ha pasado dos veces ya, las dos veces que ha gobernado la izquierda en esta roquita. 

He de reconocerles el mérito; a la tercera lo han visto venir. Peeero... ¿Cuál ha sido la solución de las cabezas pensantes de esta comunidad? "Ah, mira, a los médicos y enfermeros no les pedimos el catalán porque hay pocos, pero a los auxiliares y celadores sí, que hay más"

¿En serio?

En serio.

Como te puedes figurar, imaginario lector, se ha armado la de San Quintín. Los colectivos a los que se les exige el idioma se quejan del trato discriminatorio y quieren que se le pida a todo el mundo; los que se han salvado, como no quieren pasar por el aro, quieren que no se le pida a nadie. Como he dicho antes, o todos moros o todos cristianos. 

...O como decía mi madre, "O follamos todos o la puta al río". Toda una dama ella.

Mirad, yo llevo en Mallorca más tiempo que la catedral de Palma. Y todo este follón no me afecta, porque yo conseguí mi plaza hace años. Pero he tenido tiempo de sacarme un título de catalán; de hecho, me he sacado tres, y actualmente tengo el nivel C2, el que da un máximo de puntos a un sanitario. Tengo muchos, muchos compañeros, médicos, enfermeros, auxiliares... que no se lo han sacado porque no les ha dado la realísima gana. Hay tres convocatorias de exámenes al año, cursos gratuitos impartidos por el gobierno, por la comunidad, por los sindicatos... pero no lo han hecho, algunos de 20 años que llevan pululando por el IB-Salut. 

Por eso soy partidaria de exigirlo; quizá no para trabajar en un contrato de verano, pero sí para optar a una plaza fija. Al fin y al cabo, esta comunidad es bilingüe. Y qué queréis que os diga, el nivel tampoco es tan complicado. Mi marido lleva en la isla 10 años, apenas habla catalán, pero tiene el título que le basta a un celador. 

¿De verdad es tan, tan complicado?

Por qué tengo en silencio el Whatsapp.

Si hay algo a lo que no me acostumbraré nunca, jamás de los jamases, es a los grupos de Whatsapp del curro. Yo tengo dos; uno sólo para enfermeras, que en teoría es para pedir cambios (Algo en plan "Socorro, ¿alguien puede cambiarme la mañana del jueves?") y otro abierto a todo el personal, coordinadores incluidos, que es para información general.

El primero me desquicia porque cada vez que alguien dice "¿Alguien puede hacerme el cambio X?" En seguida contestan las cuatro espabiladas del "Yo no puedo, estoy de viaje". O esquiando, o haciendo submarinismo o puenting... cualquier cosa que demuestre que su vida es mucho mejor que la tuya, que estás encadenada al curro. Yo habré pedido dos cambios en ese grupo y no pienso hacerlo más. No me interesa que Fulanita esté en el Congo belga o Menganita vaya a la fiesta del siglo.

Y el otro... ay, el otro. La información general para todo el personal se ha quedado en:

*Felicitaciones de cumpleaños, santos, bautizos, bodas o comuniones. Lo más normal es que nadie se acuerde hasta que una compañera lo menciona y todos nos subimos al carro (Siempre es la misma compañera. La llamamos La portera).

*Chistes malos. Si los ponemos las chicas, son chistes de enfermeros; si son los chicos, son chistes verdes. Si son verdes, de mal gusto y  acompañados con una imagen escatológica, los ha puesto el coordinador.

*Fotos de la macrofiesta a la que ha ido media unidad, y a la que tú no has ido porque nadie te lo ha dicho o porque nadie te quiso cambiar el turno en el grupo anterior.

Viendo el panorama, entenderéis que pase de los dos grupos. El botón de silenciar por 1 año es la mejor parte de esta aplicación. Yo lo tengo en los dos grupos. Y con mi suegra, pera ésa ya es otra historia.

Postureo enfemeril



Debo reconocer, imaginario lector, que soy muy fan de los gadgets para enfermeras que se llevan ahora. Cuando yo acabé la carrera,en el siglo pasado (literalmente), eras lo más si tenías un boli de cuatro colores, y ya si ibas con tu propio fonendo eras la pija de la unidad.
Pero ahora... Me paseo por las plantas y es rara la compañera que no lleva su propio reloj de solapa, tijeras fluorescentes enganchadas con cadenas de fantasía, una muñequita parecida a ella enganchada a un bolsillo, zapatos lo menos parecidos posible a los clásicos zuecos blancos y cualquier fruslería que te puedas imaginar.
A ver. Repito, a mí también me gustan y tengo varias chuminadas de ésas (Tengo muñecas de enfermera de quirófano en fieltro, fofuchas y hasta de Playmobil); no tengo problemas en llevar algo de vez en cuando, y más ahora, que nos han cambiado los uniformes y vamos de un espantoso naranja Guantánamo (El playmobil naranja está en proceso). Sólo me gustaría ver un poco de moderación. Que ayer, en mi centro de salud, ver sacando analíticas a una compañera con una bata morada, chapas por toda la camisa, unos zuecos rosa brillante con purpurina y tres muñequitos colgando... no sé. Llámame anticuada, si quieres, pero salvo que seas enfermera de pediatría y quieras distraer a los enanos, no hace falta ir como un árbol de Navidad. Pienso yo. 

Por aquello de contar algo

Lo primero que debería hacer es contar un poco qué ha sido de mi vida todo este tiempo, supongo.

Aunque no te lo creas, imaginario lector, sigo trabajando en la misma unidad. Llevo la friolera de diez años en el mismo servicio, viendo las mismas caras todos los días (Reconocedlo, pocos enfermeros pueden decir eso). Laboralmente, las cosas han cambiado poco. Hay los mismos buenos y malos rollos que en cualquier servicio similar del mundo. O eso quiero pensar.

En lo personal... Eso ha cambiado un poco más. Me casé hace un par de años y acabo de tener un bebé. Para qué engañarnos, tengo tiempo para escribir esto porque aún estoy de baja maternal y mi peque duerme como un angelito.

Ah, por si os acordáis de mi perro, el sustituto del Prozac, aún sigue con nosotros. Tiene 7 años y algún achaque, pero sigue siendo mi peludín.

Ya os contaré un poco más cuando tenga tiempo... ¡y algo relevante que contar!

Borrón y cuenta nueva

Hacía ya... ¿Cuánto hacía que no actualizaba este blog? Ni me acuerdo.

Hace un par de días me metí a revisar esta humilde página y me he encontrado que un alma caritativa me ha borrado TODAS las entradas. Todas, y había un montón. Las confesiones de años enteros.

Después del comprensible cabreo, me ha dado por pensar. ¿Qué tendría este blog para cabrear tanto a alguien? Porque hay que estar aburrido de narices para hackear mi cuenta y borrar mis entradas. Entradas que por otra parte, eran más viejas que Matusalén. ¡Qué desperdicio de tiempo y esfuerzo! Es decir, hackear la web, pongamos, del Banco Santander tendría un sentido, pero... ¿Las tonterías que brotan de la cabeza de una enfermera a las dos de la mañana? ¡Ya hay que tener moral!

Pues mira, ¿Sabes qué te digo, imaginario lector? Que sólo por eso, voy a retomar el blog. Aunque sea por aburrimiento, aunque tenga mucho menos tiempo que antes. Aunque sea sólo por tocar las narices al que se ha dedicado a borrármelo. Pero allá voy de nuevo.

Aunque eso sí, he reforzado al seguridad de la página. Que si me puteas una vez la culpa es tuya, pero la segunda vez la culpa es mía. O algo así.